Bujorn 2009, vi de vila de Gratallops

Temática: 
02/10/2014

Abrimos el capítulo de recomendaciones de este blog con Bujorn 2009, de Celler Bujorn, un proyecto del Rafael Gauchola y Rosa Maria Ribera. Seguramente algunos no conoceréis ni el vino ni la bodega, pero en de eso se trata también en este capítulo, de descubrir referencias y elaboradores que quizás tienen menos renombre (subrayamos que renombre e interés no quieren decir lo mismo). Dicho esto, nos centramos ya en los alicientes de este vino, que no son pocos.

Por una parte, es un “vi de vila” (vino de villa) de la DOQ Priorat, concretamente de Gratallops, aunque la bodega está ubicada en el municipio de La Vilella Baixa. Por otra, es un vino con una relación calidad-precio más que equilibrada.

Vayamos por partes. Cuando hablamos de un “vi de vila” de la DOQ Priorat hablamos de la distinción que otorga esta denominación de origen a los vinos elaborados con uvas de una única subzona. Cada subzona viene delimitada por características vitivinícolas, geológicas, ambientales… que marcan la tipicidad. De subzonas hay doce y, en este caso como decíamos, Bujorn 2009 se enmarca en la de Gratallops. Por otra parte, la reglamentación de los “vins de vila” también estipula que éstos deben tener un coupage no inferior al 60% de variedades autóctonas, o de un 50 % en el caso de que se emplee únicamente una de estas variedades. De acuerdo con estos criterios, Bujorn 2009 se elabora con uva procedente de dos fincas de Gratallops: Les Manyetes y La Solana del Melitón. Y en su coupage las variedades autóctonas superan el 80% (66% cariñena y 17% garnacha), un coupage que se complementa con un 17% de Cabernet Sauvignon.

Este coupage nos abre la puerta a hablar de como se muestra el vino en la cata. El predominio de la cariñena se manifiesta en un color rojo cereza y en una nariz profunda y rica en aromas. La integración con la garnacha y el cabernet es más que correcta, con recuerdos de fruta negra y tonos balsámicos. También aparecen los tostados, aunque de manera más tenue. Aquí debemos mencionar, que el vino tiene una crianza de 12 meses en barricas de roble francés. En boca es estructurado, mineral, bien equilibrado y con un tanino pulido. Es un vino que tiene vida y que puede guardarse unos cuantos años más.

Como decíamos al inicio, y más allá del aliciente de probar un “vi de vila” con una clara tipicidad del terruño de Gratallops, Bujorn 2009 tiene una interesantísima relación calidad-precio. En la nota de cata ya hemos descubierto que se encontrarán en la copa, así que toca saber qué pasa ahora con el bolsillo. Pues bien, con una producción relativamente escasa, de unas 2.800 botellas, el precio de este vino que destacamos està en torno a los 15 euros.

En resumen, un vino que da para hablar, para quedar más que bien y de los que respetan el bolsillo.