Los 100 años del Celler Cooperatiu de Falset y el chofer de Cèsar Martinell
El edificio del Celler Cooperatiu de Falset celebra este año su centenario, obra del arquitecto César Martinell, después de que fuera inaugurado en 1919. Martinell, como es sabido, es el arquitecto de las célebres catedrales del Vino denominadas modernistas, aunque hilando fino arquitectónicamente, deberíamos decir que están a caballo entre el modernismo y el novecentismo, y que hay unas cuantas que son más bien novecentistas que modernistas.
Martinell había terminado la carrera de Arquitectura en 1916 y sólo dos años después le encargaron el que sería el gran proyecto de su vida. La Mancomunidad de Cataluña le confió una serie de construcciones agrarias cooperativas que tenían como objeto revalorizar la vida rural y hacer más productivo el trabajo agrícola. La primera de las cooperativas que hizo fue la de Barberà de la Conca y muy pronto ya vendrían las de Falset y otras.
Más allá de que fuera muy buen arquitecto, el éxito de César Martinell y sus cooperativas es que él, hijo de Valls, se sentía un hombre de pueblo y se lo pasaba en grande desplazándose a controlar el curso de los trabajos. Se lo pasaba tan bien que pronto llegó a la conclusión de que había que ir con chofer a determinadas visitas de obras.
Para según qué pueblos, por ejemplo, Martinell siempre sabía que el chofer era imprescindible, ya que cada vez que iba le hacían probar todos los vinos y le invitaban a desayunar y comer y a lo que conviniera. Y él bebía, amablemente, pero le tenía prohibido al chofer que probará una sola gota de alcohol, porque no quería acabar despeñado en cualquier curva criminal.
Dicho esto, Martinell, ya que estaba en Falset, aprovechó el viaje y terminó diseñando la remodelación del Café Manyé (hoy en día, cerrado) que también lleva fecha de 1919. Es decir, Martinell, en Falset, acabó diseñando el lugar donde se hacía el vino y uno de los establecimientos donde se lo bebían.