Joan Ramon Bada, Vins del tros: “En cuatro días puedes construir una bodega bonita, pero no creo que puedas improvisar un gran vino”

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02/17/2016

Joan Ramon Bada es uno de los tres socios -los otros dos son Josep Arrufat y Xavier Orobitg- que hay detrás de Vins del Tros, una bodega de Vilalba dels Arcs que en poco tiempo ha logrado convertirse en una de las bodegas más reconocidos de la DO Terra Alta, buscando la expresión de las variedades autóctonas y del terruño.

-Los Impulsores de Vins del Tros estáis entre los firmantes del manifiesto que se conoce como Club Matador. ¿Por qué? Con qué idea?

-Porque El manifiesto está en sintonía con la idea básica de nuestro proyecto, que pasa por elaborar unos vinos muy ligados al territorio (en nuestro caso, la Terra Alta), las variedades autóctonas, las maneras de elaborar de la zona y el vino de pago, intentando buscar la excelencia, la autenticidad, la singularidad y una expresión propia. ésta es nuestra idea, y ésa es la filosofía del manifiesto.

-De hecho, ésta es una corriente en la elaboración de vinos en este país. No sois una seta en medio del bosque…

-No, claro que no. Los elaboradores de vinos miramos cada vez más de buscar la expresión máxima de la tierra y éste es el camino por el que hay que ir porque, está mal decirlo, pero eso es lo que hacen en Francia, por ejemplo, desde hace muchos años. Ésta es nuestra manera de concebir el vino. No tiene ningún sentido que partiendo de una tierra y unas variedades autóctonas diferentes, todos hagamos los vinos iguales o excesivamente parecidos.

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-¿Cómo ves la Terra Alta en este momento?

-La Terra Alta es una realidad a tener muy en cuenta tanto en el mercado catalán como en los mercados internacionales, no tengo ninguna duda. Las bodegas cada vez afinamos más con los vinos, nos esforzamos más y ya somos unos cuantos los que trabajamos en esta línea de buscar la expresión del territorio, las variedades autóctonas … El cambio, en pocos años, ha sido muy grande. Hace sólo cinco o seis años, la mayoría valoraba más las variedades foráneas que las autóctonas y ahora es al revés: todo el mundo tiene claro que las variedades que hay que potenciar son la garnacha blanca y negra, la cariñena …

-Y se apuesta claramente por la garnacha blanca …

-Sí, yo creo que esta apuesta ha sido un gran acierto por parte del Consejo Regulador de la DO Terra Alta. La gente de la comarca se lo cree, y se habla con orgullo y entusiasmo. Pero, además, hay bodegas que se han apuntado con fuerza a la recuperación de la variedad autóctona del morenillo … Es lo que decíamos: hace cuatro días, la gente todavía decía maravillas de las variedades foráneas y del morenillo no hablaba casi nadie!

-¿Cómo ha ido evolucionando su proyecto desde sus inicios en el año 2009?

-Cuando empezamos en 2009, éramos dos socios. Los dos teníamos viñedos propios y queríamos que esta fuera una de las bases del proyecto: nuestra propia uva. Fue así que nos pusimos en marcha: con una garnacha blanca que procede de una finca sola y con un vino tinto… Poco a poco, hemos ido sacando otros vinos siempre con esta filosofía y hemos sumado un tercer socio al proyecto, siempre con la misma idea: potenciar los vinos de pago.

-En poco tiempo, os habéis hecho hueco y alguno de vuestros vinos ha obtenido reconocimientos espectaculares como mejor vino de Cataluña. ¿Cuál es el secreto?

-El secreto es que la bodega la pusimos en marcha en 2009 pero nosotros no partíamos de cero. En mi caso, por ejemplo, soy la tercera generación de vinateros de mi familia, en mi casa vendían vino a granel y yo he trabajado muchos años en el mundo cooperativista, me he dedicado a la asesoría de bodegas, etcétera … Somos gente del mundo del vino que, un buen día, decidimos que había llegado el momento de hacer los vinos que nosotros queríamos hacer. Ésta es la clave. Otra cosa hubiera sido que no tuviéramos ninguna experiencia en el mundo del vino: no creo que nos hubiera ido bien, francamente.

-Pero hay gente que se pone en el mundo del vino sin experiencia de ningún tipo. ¿Debe ser difícil, no?

-Creo que sí. Detrás de los grandes vinos suele haber una historia, un proyecto que es fruto de la observación del entorno, un cierto proceso de reflexión… Por tanto, es fundamental cuál ha sido el camino previo que has recorrido hasta que decides hacer tus vinos. En cuatro días, puedes construir una bodega bonita pero no creo que puedas improvisar un gran vino.