Las caras de la uva
Es sabido que detrás del proyecto de la bodega "la Universal" están Sara Pérez y René Barbier (la cuarta generación!). Este René Barbier es, como dice él mismo, "el otro René Barbier", el hijo "del de la barba", con quien comenzó en el mundo del vino en Clos Mogador en 1992. Sus vinos son bastante conocidos, estandarte del vigor y el atrevimiento de la DO Montsant. El vino Venus (año tras año desde 2006) es, según propia declaración de los vinateros, "un intento de interpretar la feminidad, la Tierra, a través de una botella de vino: cariñena, garnacha y syrah, misterio y seducción, discurso y opulencia, calma, paciencia, equilibrio y pasión". Dido es el otro gran nombre de la bodega y del que se ha dicho que es un canto "a la juventud, la tenacidad y el amor a la garnacha".
Pero más allá de la literatura y las declaraciones de amor y de principios, el proyecto "la Universal" es también muy interesante por la forma en que la bodega ha sabido forjar un sólido equipo de viticultores fieles, con quien se trabaja estrechamente, intercambiando conocimientos, compartiendo experiencias y mirando de avanzar y aprender juntos, unos de otros. Conscientes todos -más allá de palabras bonitas- que un buen vino se hace en la viña y que, por tanto, hay que cuidar las cepas, las uvas y los viticultores que hay detrás.
Es por ello que en el proyecto de "la Universal" participan distintas familias de viticultores que -en colaboración y complicidad con Sara y el René- trabajan los viñedos comprometidos con la tierra y la sostenibilidad, aportando su uva a Venus o Dido, en función de las caracterísiticas de cada parcela. Viticultores comprometidos con el proyecto, entregados, obsesos de la viña, son: Josep Vaqué, Lluís Miró, Miquel Compte, la familia Martori (Pep y Josep Martori) o la familia Pi (Jordi y Pere).
Buena gente y buenos agricultores, capaces de mirarse las cepas, una por una, cada día del año si hace falta. Mientras algunos hablamos de vinos en todo momento y con pasión, hay viticultores que hablan de la vid y de las uvas cada día, como si se jugaran la vida. Y es así que, a la fuerza, los vinos deben ser buenos.
Fotos: Venus La Universal