Marc Ripoll: "Todavía me sorprende cómo hasta hace poco se menospreciaban las variedades tradicionales"

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01/26/2017

Marc Ripoll está al frente de Cal Batllet, de Gratallops, que elabora exclusivamente "Vino de villa" a partir de las tierras familiares de Gratallops y Torroja del Priorat. Amante de los vinos de terruño, tiene la fortuna de contar con un tesoro: una viña de escanyavella, una variedad extrañísima que tan sólo se encuentra en el Priorat y con la que hace un vino fuera de serie.

¿Por qué decide a partir de 2009 elaborar todos sus vinos bajo el distintivo "Vino de Villa"?

Decidimos hacerlo tan pronto como lo autorizó la DOCa Priorat, con la idea de apostar por la filosofía de vino de terruño, que nos ayuda a expresar el carácter de cada una de las villas donde tenemos las cepas y las raíces: que son Gratallops y Torroja. Todos los vinos que hacemos provienen exclusivamente de viñedos propios de hasta 100 años de edad, plantados en ladera de pizarra en Gratallops y Torroja del Priorat. Encajamos perfectamente en esta filosofía de vino terruño.

¿Por qué nos ha costado tanto empezar a adoptar estas distinciones?

Porque durante muchos años, aquí sólo teníamos la idea de contar con una única clasificación territorial sin ir a buscar otro matiz o distintivo. Y esto ha cambiado y sigue cambiando. El consumidor demanda, cada vez más, que los vinos no sean todos igual y, a la vez, esto permite a los elaboradores distinguirse de las otras zonas y, en definitiva, de su competencia.

Esto hace que también se reivindiquen cada vez más las variedades autóctonas...

Exactamente. Esta es, hoy día, una tendencia clara en todo el mundo. Lo realmente sorprendente, visto con un poco de perspectiva, es constatar cómo hasta hace poco, por norma general, se menospreciaban las variedades tradicionales y no se las tenía casi en cuenta. Representaba que la variedad importaba muy poco, y que lo que realmente marcaba el carácter de un vino era el terreno, y basta. Al final, sin embargo, de lo que se trata es de tener en cuenta y cuidar todos los factores que te ayudan a expresarte tal como eres: las variedades, la tierra, la manera de elaborar, etcétera.

Entre una garnacha vuestra de Torroja y otra de Gratallops, ¿tanta diferencia puede haber?

Por supuesto! Y más en el Priorat porque esta es una tierra compleja, donde hay diferencias de altura muy importantes y, además, tenemos una gran variedad de microclimas. Las diferencias pueden ser muy importantes entre una finca y otra. Muchísimo. Por eso aquí en el Priorat tienen mucho sentido estas clasificaciones y distinciones entre subzonas dentro de una misma denominación, y quizás es verdad que en otras denominaciones que son muchos más uniformes quizás no tienen tanta importancia.

Sois de los pocos que tiene la variedad escanyavella. Háblame de ello...

Lo que nos ha pasado a nosotros con la variedad escanyavella a mí me parece muy curioso porque era una variedad autóctona a la que no se daba ningún valor. Lo que se valoraba eran las variedades más conocidas. Antes, nadie quería probar un vino de una variedad que no se conocía. Hoy día, en cambio, el vino que hacemos con el escanyavella se ha convertido en uno de nuestros vinos de más éxito. Es lo que decíamos: hoy en día, hay un consumidor que valora precisamente que puedas hacer vinos que no se parecen a ningún otro. También es verdad que hemos ido aprendiendo a elaborarlo. Antes, hacíamos un blanco fermentado y envejecido en madera, y ahora lo elaboramos sin nada de madera para mostrar su singularidad.

¿Cómo se explica que tu familia conservara esta variedad?

Las viñas más viejas de escanyavella que tenemos no eran plantaciones sólo de esta variedad. Eran cepas que teníamos dispersas en medio de viñedos de cariñena. Había una aquí, otra más allá... ¿Y qué pasa con esta variedad? Que es una variedad rústica, muy resistente, que es ideal a la hora de injertar y que, además, es muy resistente a la virosis. Es una variedad que, por tanto, nos servía para cuestiones prácticas y para resistir la virosis. Y eso hizo que, hace cosa de treinta años, decidiéramos hacer un corro de viñedo afectado de virus tan sólo con escanyavella, como única viña. Y ahora lo que hemos hecho, en vista del éxito, ha sido ir ampliando esta viña de escanyavella paulatinamente.

¿Quién más tiene escanyavella el Priorat?

Hay en otros viñedos, y me consta que hay bodegas que también hacen algún vino con una determinada proporción de escanyavella. Otra cosa es que tengan ya una viña de mayores dimensiones, como es nuestro caso. Pero seguro que de cepas de escanyavella dispersas en medio de otras plantaciones de viña vieja hay más.

 

Cal Batllet

La bodega de Cal Batllet fue creada en 2000 con la restauración de la antigua bodega familiar situada en Gratallops. La producción proviene exclusivamente del cultivo de las viñas propias de hasta 100 años de edad, plantadas en ladera de pizarra emplazadas en las villas de Gratallops y Torroja del Priorat. Las variedades cultivadas son principalmente las autóctonas cariñena y garnacha en tintas, y la antigua escanyavella en blancas.

Fue con la décima cosecha, la 2009, en que se decidieron pasar de la gama de los vinos Closa Batllet y Petit Batllet a elaborar todos los vinos bajo el distintivo "Vino de la Villa", apostando claramente por una filosofía de vino de terruño que expresase todo el carácter de cada una de las villas donde tenían sus raíces: Gratallops y Torroja.