Cuando el Priorat debía cerrar

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07/07/2016

Hoy en día, cuando la comarca del Priorat ha resurgido vitivinícolamente, parece difícil de entender que a principio de los años ochenta hubiera geógrafos que hablaran abiertamente de “comarcas a cerrar”. El Priorat era una de estas comarcas desahuciadas donde, en ese momento, varios estudios apuntaban que ningún tipo de inversión productiva era “racional” (tampoco en términos agrícolas) y que, en consecuencia, el único futuro posible pasaba por la segunda residencia o la ganadería extensiva. No había nada que hacer, en teoría, hasta que a finales de los años ochenta, como todo el mundo sabe, las cosas empezaron a cambiar.

También es verdad que, en esa misma época, ya había quien predicaba infatigablemente que los vinos del Priorat -y, por tanto, su territorio- sí tenían futuro. Así, en 1979, Jaume Ciurana Galceran (el fundador de INCAVI), vinculado personalmente a Falset, sorprendió a todos al escribir lo siguiente: “el Priorat es un tipo de vino controvertido, víctima del esnobismo y de la ignorancia de muchos escritores, tratadistas y entendidos de poca monta que ignoran la verdadera perla que un buen Priorat puede llegar a ser si ha sido elaborado con la ciencia y el arte que este vino pide”.

Dicho esto, Jaume Ciurana proclamaba una sentencia que, en cierta medida, se ha hecho célebre y que le ha convertido en una especie de visionario sobre los vinos del Priorat. Dejó escrito: “Es en los vinos del Priorat donde tenemos en Cataluña el diamante en bruto que debidamente cortado, pulido y canteado puede darnos el brillante más esplendoroso dentro de los tintos de cuerpo, de nuestra casa”.

La metáfora que el Priorat era un diamante en bruto (que decía Jaume Ciurana) ya la había usado bastantes años antes otro escritor, en este caso el historiador Ramon Aliberch, que en 1945 publicó un libro que se llama “Monumentos y maravillas de Cataluña”. En este libro, Aliberch afirmaba lo siguiente: “Y es que el vino del Priorato no se ofrece con la debida astucia. Falta el hombre que sepa valorizar un diamante como es este vino”.

Tanto en los años cuarenta como a finales de los años setenta, hablar bien de los vinos del Priorat no se estilaba. De ninguna de las maneras… De hecho, es más sencillo encontrar (tras la guerra) críticas muy negativas sobre los vinos del Priorat que no escritos esperanzadores como los de Aliberch o Ciurana.
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Es por ello que, a veces, no está de más recordar que había quienes escribían lo siguiente sobre los vinos del Priorat. Tomen nota. Es textual: “los vinos del Priorat son auténticos bloques casi sólidos, que hinchan la boca y remueven las tripas”. No lo decía uno cualquiera. Lo decía uno de los mejores escritores del siglo XX en Cataluña: Josep Pla, en su ‘Guía de Cataluña’. Es así como se veía el Priorat antes de que el diamante fuera pulido. Y de eso tampoco hace tanto. Hasta hace cuatro días, como hemos visto, el Priorato estaba predestinado a “cerrar”, a bajar la persiana.