El célebre pintor Joan Miró no fue ajeno al vino. Desde muy joven pintó cuadros donde el vino es el protagonista. En 1924 pinta, por ejemplo, "La botella de vino", perteneciente a la Fundación Joan Miró. La presencia del vino en su obra no es casual. De hecho, es de sobra conocido que a Joan Miró le gustaba el buen vino, y era consumidor. Aquello, sin embargo, no tan sabido es que, además, tenía una conexión muy directa y estrecha con la comarca del Priorat, concretamente con Cornudella de Montsant.
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